Mermelada de pimiento rojo

Si es que no me lo puedo remediar e incluso el día de receta salada se me ve el plumero!! Sí, el dulce me pierde y aún más cuando se trata de combinar el dulce y salado. 

En la pasada entrada de las magdalenas saladas (otra prueba del delito), en esa ocasión ya os conté que utilicé queso de mi pueblo, así que hoy ya es el día y no puedo prolongarlo más, así que voy aprovechar para hablaros de ellos, los Quesos de Almassora. No son de vieja tradición, ya que se producen desde 1986, tienen prácticamente mi edad, aunque los quesos frescos que producen eran típicos de la zona ya que las vaquerías antiguas siempre los hacían.  Poco a poco han ido produciendo nuevos quesos, y qué quesos!! Si entráis en su pagina podréis ver que muchas de sus variedades de quesos curados, tanto de cabra como de oveja, han sido galardonados con los premios World Cheese Award 2013, 2012 y 2011. 

Os hablo de ellos porque es uno de los productos de mi tierra que siempre me llevo cuando visito mi pueblo, y no solo para mi, sino también tengo un par de amigos que me encargan, les di a probar un día y vamos se han convertido en auténticos fans. Crecí comiendo el queso fresco, no me equivocaría si afirmo que se encuentra en prácticamente todas las neveras de los vecinos, gusta mucho y es muy suave, a mi me chiflaba ir a casa mi abuela y cortame una porción (como si en casa mis padres no tuviera, ya ves!!). Sin embargo a medida que he ido creciendo los quesos curados y cuanto más fuertes mejor, se han convertido en una verdadera perdición. 

Sinceramente todos los curados me gustan, pero por desgracia no tengo espacio para llevármelos todos, así que os cuento cuales elijo. Casi siempre me llevo uno más curado que otro, normalmente como veis en la imagen,  el de corteza blanca (arriba a la izquierda)  es el menos curado que me llevo, se trata del queso madurado de cabra natural en formato tronchón. Y el de corteza negra es el que a mi me pierde en todas sus variedades y considero que es el mejor.  El de la foto en concreto, se trata del queso madurado de oveja en formato portugués, sinceramente no sabría describir el sabor pero espectacular. Además estos son los que os decía antes que están galardonados y no me estraña porque su sabor y textura son increíbles, de verdad si os gustan los quesos y vives cerca de Almazora (Castellón) o vais de paso, no dudéis en ir a la propia fabrica de quesos, ya que allí encontrareis todas las variedades, aunque en cualquier charcutería y/o carnicería de la zona también se pueden encontrar. Vamos mejor no los puedo vender, jejeje. Por cierto el otro que veis no es de allí es uno Holandés, que me traje de uno de mis últimos viajes al país, si algún día vais para allá no dudéis en comprarlo, bueno no, buenísimo!! Se trata de un queso ahumado de leche de vaca, tiene forma como de salchicha y con una corteza marrón.

Y volviendo a la receta de hoy, que mejor que una buena mermelada de vegetales para acompañar los quesos curados. En esta ocasión he probado a hacer mermelada casera de pimiento rojo y me quedo de fábula, la suerte del principiante, supongo. He visto hacer mil veces tanto a mi abuela como a mi madre, y es que ellas usaban esta técnica para aprovechar la verdura y fruta madura  que cultivamos y por supuesto para hacer conserva al famoso baño de María.  Para hacerla me acorde de la frase que siempre dice mi madre 'peso por peso', que quiere decir, tanto peso de fruta como de azúcar, aunque ella siempre añade  la coletilla 'pero mi truco es poner menos cantidad de azúcar...' prácticamente la mitad de azúcar.  La verdad es que tiene lógica, como se supone que la fruta esta madura no necesitas poner tanto azúcar ya que a modo natural, ya tiene suficiente dulzura.

Os dejo con la receta, disfrutarla...

MERMELADA DE PIMIENTO ROJO

Ingrediente:

Pimiento rojo 
Azúcar moreno  

* No he puesto las cantidades. En mi caso hice mermelada de un pimiento rojo, que lavado y limpio de pepitas y cortado pesaba alrededor de 300 gr. 

Preparación:

Lavamos y cortamos el pimiento rojo, lo ponemos en una olla a cocer con un poco de aceite y sal, a fuego lento hasta que quede tierno. 

Trituramos el pimiento y volvemos a ponerlo a fuego, añadimos la cantidad de azúcar correspondiente, consideré poner la mitad de gr que peso del pimiento, es decir, si el pimiento cortado y limpio de pepitas, etc pesaba 300gr puse 150 gr de azúcar.

Vamos removiendo con un cuchara de madera para que el azúcar no caramelice, mantenemos unos minutos. Cuanto más tiempo al fuego más espesará la mermelada. Yo mantuve aproximadamente unos 10 minutos lo cual quedo bastante espesa, se cortaba en un cuchillo una vez fría, pero era la textura que buscaba.

Buen provecho 

Gracias por las visitas!!